viernes, 26 de diciembre de 2014

Fracking, parques y manipulación política



En 2014 hemos podido observar como el debate del fracking en Alava ha estado unido a la discusión sobre la necesidad o no de declarar parque natural a la zona de los montes de Vitoria.
Las dos cuestiones están unidas por la existencia, dentro de la zona a proteger, de un yacimiento de gas (yacimiento Castillo) que pretende ser explorado mediante fractura hidráulica por las empresas adjudicatarias de los permisos pertinentes [Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi S.A. (SHESA) 44%, Petrichor Euskadi 36% y Cambria Europe Inc. 20%], de hecho estas empresas tienen previsto perforar dos pozos dentro de la zona que en principio estaba delimitada por el parque propuesto.


Yacimiento de gas Castillo


La necesidad de proteger el entorno de los Montes de Vitoria es un debate que surge tras diversas actuaciones que a lo largo de las últimas décadas se han dado o se han intentado dar en la zona (Cárcel de Zaballa, red de alta tensión, TAV, molinos eólicos, urbanismo descontrolado, etc...) y todo esto surgió antes de que en Alava se empezara a oír hablar de fracking.
Estaba claro que el entorno de los montes de Vitoria era una zona muy golosa y codiciada que de alguna manera había que proteger.



Fue a partir de 2010, con el PSE gobernando Euskadi, cuando se empezaron a dar los primeros contactos entre instituciones y diversos grupos sociales partidarios de la protección. 
Pronto surgieron acuerdos y se dieron los primeros pasos.


¿Pronto?
Seguramente demasiado pronto.
La coincidencia entre instituciones, partidos políticos y diversos grupos sociales hizo que los primeros trámites se aceleraran y dejaran en segundo plano a uno de los principales actores en esta película: los propietarios de la zona delimitada por el parque, es decir, los Concejos y sus habitantes.
Grave error ya que el principal objetivo de cualquier tipo de protección ambiental debería de ser, en primer lugar, la aceptación por parte de sus habitantes.
Se pecó de paternalismo administrativo, (“nosotros protegemos tu entorno, por lo tanto deberías estar agradecido”) y se obvió que el parque y su normativa debería de haber salido de dentro del propio parque, de su entorno, de sus habitantes. No de fuera, de una administración alejada de su día a día.
A pesar de todo los primeros contactos con el entorno rural no parecían insalvables. ACOVI (Asociación de Concejos de Vitoria) se erigió en la principal voz de los pueblos afectados y no se declaró contraria al parque pero si que reclamó mas información y participación. En un principio estaban dispuestos al diálogo.
 


Y mientras esto sucedía llegó el fracking.
A finales de 2011 el exlehendakari Patxi López cometió la torpeza de declarar a los cuatro vientos el supuesto descubrimiento de un gran yacimiento de gas que nos daría la independencia energética para 60 años, bajaría el precio del gas y bla,bla,bla......
Había abierto la caja de Pandora. A partir de entonces supimos lo que era el fracking. Lo que en principio quiso vender como un logro de su política energética empezó a transformase en un desastre político. Gracias al anuncio de Patxi Lopez pudimos saber que existía el "yacimiento de gas Castillo" y que había un proyecto muy avanzado para perforar un pozo con la técnica del fracking a muy pocos kilómetros de la capital vasca, junto a los montes de Vitoria.
Y resultó que dicho yacimiento se encontraba dentro de la delimitación del futuro parque natural, lo que ofrecía una gran oportunidad para restringir su ejecución y hacer inviable su explotación.
 El debate del parque natural y el fracking se unían.




Situación del supuesto yacimiento de gas y la antigua delimitación del parque natural

Los movimientos sociales, liderados por Fracking ez Araba, se pusieron el mono de trabajo y grano a grano fueron construyendo en la sociedad alavesa y vasca un montaña de rechazo hacia la fractura hidráulica que fue creciendo a medida que avanzaban las fechas.
La coincidencia con las elecciones autonómicas provocó que varios partidos políticos tomaran conciencia del problema y asumieran como suyo lo que la sociedad estaba reclamando y mas aun tras observar como mas de 13000 ciudadanos se manifestaban en Vitoria contra una técnica tan agresiva. 
Incluso el PNV se vio obligado a mostrar su postura “contraria” acuciado por una sociedad que pedía implicación. Además de eso, a los jeltzales el "NO al fracking" le valía para ganar votos y a la vez le servía como arma arrojadiza contra su adversario político. 
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Pero llegaron las elecciones autonómicas y cambió el partido en el poder.
El PSE abandonaba Ajurienea a favor del PNV.
Lo que en un principio debería de haber sido una buena noticia contra el fracking (se habían declarado “contrarios” a la fractura hidráulica) se tornó en decepción.
Poco a poco se fueron conociendo las responsabilidades que habían tenido los anteriores gobiernos del PNV en la llegada del fracking a Euskadi. Desde 2006 se venían manteniendo conversaciones secretas con empresas extranjeras para facilitarles la introducción de la fractura hidráulica.
El PSE solo había hecho el trabajo sucio al PNV. Cometieron el error de hacer público algo que los anteriores gobiernos llevaron en secreto.

Y en esas conversaciones secretas, entre otras cosas, apareció el tema del parque de los Montes de Vitoria. Las empresas perforadoras estaban preocupadas por las límitaciones que dicha declaración ambiental podría acarrear a sus proyectos y, como es normal en un partido caracterizado por la defensa a ultranza de los intereses empresariales, el PNV se encargó de calmarles diciendo que todo estaba bajo control.




¿Realmente todo estaba bajo control?
Bien. En primer lugar para tener controlada la “NO declaración” de parque natural (recordemos que para cuando el PNV vuelve a Ajuriaenea el proceso para la declaración de parque natural ya estaba avanzado) lo primero que se  debería hacer es justificar la negativa. La ciudadanía no entendería un NO al parque si viene de un gobierno que tiene la misión de proteger el entorno en que vivimos y menos aun sabiendo que en ese entorno hay proyectos de exploración de gas.
Y para eso ¿que mejor que un cómplice?
Un cómplice que se encargue de llevar la iniciativa del NO al parque, un cómplice al que se le pueda apoyar, que tenga razones para decir que no, que surja de dentro....... y que esté en contra del fracking.
¿Quien mejor que los concejos y su representante ACOVI?

La Asociación de Concejos de Vitoria (ACOVI), desde que se inició la pelea contra el fracking fue parte activa en la lucha y estuvo al pie del cañón allí donde se le pidiera. Encabezó la manifestación de Vitoria y divulgó entre los concejos la necesidad de impedirlo. Los habitantes de los pueblos vitorianos han sido una parte muy importante para visualizar la negativa de sus pobladores a que les perforen su entorno.

Entonces ¿cual es el problema?
El problema es el mismo que tiene cualquier asociación capaz de aglutinar a un importante número de personas. Las personas se traducen en votos y ¿quien necesita los votos? Los partidos políticos. Es decir, cualquier asociación (vecinal, deportiva, etc...) que reúna un número importante de gente es susceptible de ser parasitada por los partidos políticos. Si controlas esas asociaciones controlarás sus decisiones y podrás dirigirlas hacia tus intereses (si estás en el gobierno apoyarán tus decisiones y si estás en la oposición criticarán todo lo que se haga en el gobierno) y ACOVI no es ajena a ese problema.
La presidenta de ACOVI no esconde sus simpatías por el PNV y en su día fue propuesta por este partido político para ocupar un cargo en el consejo de administración de la empresa que gestiona los autobuses urbanos de Vitoria (TUVISA). Además de eso son constantes sus apariciones en un conocido periódico alavés cercano al PNV.

Esta ayuda le ha servido al PNV para darle la vuelta a la tortilla en la declaración de parque natural de los Montes de Vitoria. A partir de la entrada de los jeltzales en el Gobierno Vasco las declaraciones de ACOVI y las de los responsables de Medio Ambiente del ejecutivo han sido sospechosamente parecidas.

A principios de este año tuve la suerte (mas bien la desgracia) de acudir a una reunión convocada por ACOVI y el Gobierno Vasco donde nos comunicaron que, debido a las reticencias y recursos de los pueblos afectados, el Gobierno Vasco renunciaba a declarar parque a los Montes de Vitoria.
Así, sin mas, sin ninguna otra explicación.
¿No lo queréis?, pues lo acepto. ¿Decís que no?, pues vale, no pregunto mas, no argumento, os doy la razón porque sí.
Que envidia deben tener a los concejos vitorianos los que están en contra del TAV, de las carreteras, de las canteras, de las minas.
-¡Han dicho NO y les han hecho caso! ¡¡Aleluya!!



Y la que se montó fue de las gordas. 
De repente uno de los actores mas activos en la lucha contra el fracking pasaba de la noche a la mañana a parecer uno de sus defensores .
Pero lo mas duro fue escuchar a la presidenta de ACOVI decir que la declaración de parque natural no valía para frenar el fracking.
[Hay que aclarar que meses antes, por iniciativa de las juntas alavesas, se había modificado la Ley de Conservación de la Naturaleza para prohibir el fracking en las zonas protegidas (algo que posteriormente ha confirmado el tribunal constitucional y que nadie ha impugnado). Incluso el propio PNV la apreció en su día como una ley válida para defender dichos espacios.]
La representante de los concejos se alineaba de esta forma con la postura oficial del PNV (cada vez mas favorable al fracking) diciendo que ninguna ley autonómica lo podía prohibir y de paso ponía la responsabilidad de pararlo en el tejado del adversario político del PNV en Gasteiz y Araba, el PP.
Es decir, alababa al PNV donde mandaba y donde no mandaba criticaba a su oponente. ¿Nos suena?

A pesar de todo, los grupos sociales, instituciones y partidos políticos favorables al parque natural no se han dado por vencidos. Han tendido la mano a los concejos y están intentando empezar de cero, dialogar, aceptar sus peticiones.

¿Y cual es ahora la postura de ACOVI? Pues el NO rotundo. Los que en un principio decían que no se negaban a la declaración de parque natural pero que querían mas dialogo son los que ahora no quieren hablar. 
Vamos, que pasan. NO al diálogo, NO a la negociación.




Pero ¿son lógicas las justificaciones de ACOVI?
Veamos. 
Los razonamientos de la Asociación de Concejos para decir NO al parque natural son las siguientes:

1- Los concejos son los que han mantenido los montes tal y como están ahora.
2- El parque impide las actividades que siempre se han realizado. Agricultura, ganadería, etc...
3- El parque no nos deja hacer casas.
4- El parque no para el fracking

Bien, ante esto habría que contestar:

1-Es cierto que los concejos se encargan del mantenimiento/explotación de sus montes. Pero también es cierto que la mayoría de los concejos reciben subvenciones para dichos trabajos (caminos, limpiezas, etc...) o en muchos casos directamente son realizados por la administración.

2- Un parque nunca impide la actividad agrícola o ganadera, en todo caso la condiciona y hay que recordar que la normativa del parque (PORN) estaba sin desarrollar y que los parques están sectorizados, es decir no tienen la misma afección los bosques que las zonas agrícolas. 
Por el contrario, lo que sí que impide seguir con una explotación agrícola o ganadera es que te pasen una autopista por tu finca, que te la ocupen para perforar un pozo de gas, que te construyan el TAV, que te contaminen el agua, etc...

3- Repito lo del punto 2. La normativa del parque (PORN) estaba sin desarrollar, la limitación a la construcción no estaba especificada, no se refería a los núcleos urbanos. De hecho todo tipo de protección medioambiental  tiene restricciones urbanísticas (por ejemplo las ZEC), pero se refieren a las zonas de mayor interés natural, no a los núcleos urbanos. 
Al final es el ayuntamiento el encargado de redactar la normativa urbanística y no hace falta ningún parque para que el Ayto. decida lo que se construye o no.

4- El tribunal constitucional confirmó que se podrían adoptar las normas ambientales necesarias para preservar del fracking los espacios protegidos.


Bien, hasta aquí alguien podría pensar: bueno, a pesar de todo es lógico que se nieguen porque a todos nos molestaría que nos pongan limitaciones a nuestras actividades ¿no?
Vale, eso sería cierto si se pensara siempre igual, pero es que resulta que el Gobierno Vasco, acuciado por la criticas, anunció que sí que iba a proteger parte de los montes de Vitoria pero no con la figura de parque sino con la de Zona de Especial Conservación (ZEC). 
Gran noticia si no fuera porque en realidad estaba obligado a hacerlo por la normativa europea al estar incluida dicha zona en la red Natura 2000.
Pero el G.V. tiró la casa por la ventana y en vez de proteger las 2.000 hectáreas que le pedía Bruselas dijo que protegería 5.000... con un par... (a ver si así se callan los que nos critican).
Vale, pero es que resulta que el parque hubiera protegido 13.000 hectáreas.
Bueno, pero 5.000 hectáreas tampoco está nada mal.

Delimitación del ZEC propuesta por el Gobierno Vasco




Entonces ¿donde está el problema?
Bien. El problema está en que tanto en las 13.000 hectáreas del parque (las que se han rechazado) como en las 5.000 del ZEC (las actuales) existen núcleos urbanos y zonas agrícolas, es decir, en las dos existen las mismas razones para rechazarlo y además, tal y como confirmó en su día el Gobierno Vasco, "las normativas de las ZEC protegen mejor estos espacios naturales", y eso es porque son tan restrictivas en los usos agrícolas y ganaderos (Capt. 8 pag. 22) como podrían haber sido las normativas de un parque natural.
Pero es que resulta que en la normativa que regula el ZEC de los Montes de Vitoria el Gobierno Vasco ahora si que incluye una restricción a las actividades extractivas, entre ellas el fracking, basándose precisamente en la modificación de la Ley de Conservación de la Naturaleza. Es decir, los que antes decían que no valía para impedir el fracking en un parque natural, parece que si que les vale para impedirlo en el ZEC.

¿Alguien lo entiende? 
Sí, se puede entender si observamos que con la nueva delimitación (ZEC) propuesta por el Gobierno Vasco el yacimiento de gas que quieren explotar las empresas perforadoras se queda fuera de sus límites y totalmente desprotegido. Lo podrían explotar cuando lo requieran, no hay ninguna ley o limitación que se lo impida. Solo una pequeña parte del yacimiento estaría dentro del ZEC. 

Situación del yacimiento de gas y el ZEC

Alguno podría pensar: “Ah, bueno, pues por lo menos esa parte que está dentro del ZEC no la podrán explotar ¿no?”.. Pues tampoco, porque como ya sabréis el fracking perfora en horizontal y, al ser una zona pequeña, sin ningún problema podrían explotarlo haciendo un pozo fuera del parque y penetrando lo necesario hasta encontrarlo. 

Posible radio de perforación horizontal desde el exterior del ZEC
Al final se ha demostrado que la modificación de la Ley de Conservación de la Naturaleza si que es valida para frenar el fracking en los espacios protegidos. El propio Gobierno Vasco (el que decía que no valía para los parques) la reconoce y la utiliza, dejando claro que su postura inicial de rechazo era para salvar la explotación del yacimiento de gas.

¿Y que ha hecho ACOVI?
Pues darlo por bueno. Parece que ahora no le importa que los habitantes que están dentro del ZEC o los agricultores que lo cultivan vean condicionadas sus actividades agrícola-ganaderas o que no puedan construir pabellones con la misma libertad que los demás o que no puedan mantener los montes como lo han hecho siempre...

¿Cual es la diferencia? ¿Los afectados por el ZEC son menos importantes que los afectados por el parque?¿O simplemente la diferencia es que en este caso el que lo plantea es el PNV?




Conclusión.
El Gobierno Vasco está siguiendo un guión que tenía escrito desde el año 2006. Los pasos que da confirman cada día que tiene bien claros sus objetivos y que no duda en valerse de artimañas o mentiras y en utilizar a quien crea necesario para conseguirlo. La estrategia seguida con los concejos vitorianos es una mas de las que nos esperan de aquí en adelante.
Pero ese árbol no debería impedirnos ver el bosque. Los pueblos vitorianos están rotundamente en contra del fracking y seguirán luchando por impedirlo. Ellos han sido y seguirán siendo los primeros en ponerse delante para pararlo. 
Es muy posible que la estrategia que ha utilizado el Gobierno Vasco para deshacerse de un parque natural que limitaba sus proyectos, a la larga, se vuelva en su contra y los que ahora cree tener controlados, al final, serán los que le exijan pararlo.
Que no les quepa ninguna duda a los que mandan.




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